miércoles, 29 de julio de 2020

Las Vaquerías


La vaquería es una fiesta tradicional popular del Estado de Yucatán, México, que se celebra desde la época colonial y que se ha conservado hasta nuestros días.  

La tradición comenzó durante el siglo XVIII, en las haciendas y ranchos propiedad de los españoles asentados en la región y que se dedicaban a la crianza de ganado vacuno, ya que la ganadería era la principal actividad económica de la época.

Se realizaba un festejo que incluía bailes, para celebrar el inicio de la hierra de la vacada y el conteo del ganado. Participaban los trabajadores, hombres y mujeres de la hacienda. Las mujeres usaban sombreros iguales a los de los hombres, por lo que les llamaban vaqueras y de ahí se derivó el nombre de vaquerías.

Al finalizar la marca del ganado, las mujeres atendían a los invitados y al finalizar, se bailaban sones mayas influidos por la música española.

El bastonero formaba dos filas: una de hombres y otra de mujeres, y al hacer la señal con su pañuelo el baile se iniciaba. Los habitantes de la hacienda estaban de fiesta, por lo que todas las actividades se suspendían mientras durara la vaquería.

En la fiesta, que tenía un carácter popular, participaban todos los habitantes del pueblo y de pueblos vecinos y los acasillados (peones que vivían con sus familias en el casco de la hacienda).
El festejo se realizaba bajo el auspicio del Santo Patrono de la localidad y su duración dependía de la capacidad económica de los organizadores de la fiesta, pudiendo durar varios días. 

Para la ocasión, la gente usaba vestimentas especiales y se invitaba a personas de otras haciendas o pueblos cercanos, especialmente a mujeres jóvenes para que participaran en los bailables que formaban parte del espectáculo principal. La música que se tocaban, era la jarana, el baile tradicional de la región.   
Durante los días que duraba la fiesta, los trabajos de la hacienda se suspendían totalmente. La celebración se realizaba en el edificio principal o casco de la hacienda y sus corredores, en el que habitualmente vivían los propietarios o hacendados.


En la actualidad, las vaquerías se siguen llevando a cabo en casi todos los pueblos de Yucatán, grandes o chicos. Ahora, las fiestas tienen un carácter netamente religioso y normalmente se organizan semestral o anualmente, como remate a las procesiones u homenajes periódicos al santo patrono de la localidad, y no obstante que las fiestas ya no tienen nada que ver con la actividad ganadera, aún se siguen llamando vaquerías.

Del casco de las haciendas, la festividad se ha trasladado a las plazas centrales de los pueblos. En ellas, se construyen enramadas y templetes en los que se realizan los bailables y se colocan las orquestas que amenizan los bailes.

Actualmente las vaquerías tienen tres etapas: se inicia con una misa, le sigue la corrida de toros, y finaliza con el baile, con las famosas jaranas, los yucatecos muestran su gran ingenio y alegría.

Los bailarines varones usan un traje blanco con la típica filipina que caracteriza la vestimenta del yucateco. Las mujeres se visten con un elegante terno (vestido de tres piezas) que incluyen un fustán o faldón, jubón y huipil, elaborados en tela blanca adornada de bordados floridos de diversos colores, normalmente hechos en el llamado punto de cruz (xocbichuy). Estos trajes bordados a mano, requieren un trabajo mínimo de 6 meses.

Adornan su cabello con un moño atado a una cinta de diversos colores y de su cuello penden collares de filigrana, rematados por una cruz cristiana o por una imagen de la virgen.

Las vaquerías, como en antaño, se inician con la música de "La Angaripola"​ o con el llamado "jarabe" yucateco, especies de marchas que hacen la presentación de los grupos de bailadores. El bastonero es el encargado de dirigir a los jóvenes ejecutantes hasta el entarimado que habrá de servir de escenario para su representación. La jarana en sus dos variedades, la del 6 por 8, muy vigorosa, en forma de guachapeo, o la de 3 por 4 más pausada o valseada, es el baile tradicional y omnipresente en las vaquerías. Si durante el baile alguien grita ¡Bomba!, la música se detiene para que uno de los bailarines recite un versillo o cuarteto, generalmente jocoso, a su pareja.





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